El Net Zero es un estado en el que las actividades llevadas a cabo en la cadena de valor de una empresa no tienen un impacto neto en el clima por las emisiones de gases de efecto invernadero. Una estrategia razonable para alcanzar este estado pasa por la eliminación de las fuentes contaminantes en la cadena de valor a un ritmo coherente, para, posteriormente, eliminar cualquier fuente de emisión residual.
Como se ha visto en la COP26, las acciones que se aborden en la próxima década serán críticas para la vía net zero y para el esfuerzo más ambicioso de limitar el aumento de la temperatura del planeta 1,5 ºC con respecto a los niveles preindustriales. Un futuro net-zero requerirá una descarbonización masiva de las industrias intensivas en el consumo energético. Las nuevas tecnologías y las coaliciones, contribuirán en esa senda.
Las tecnologías climáticas next generation jugarán un papel crítico. Aquellas sobre las cuáles se debería poner el foco son la electricidad, la agricultura, la red eléctrica, el hidrógeno o la captura de carbón.
Sin embargo, actualmente el mundo no dispone de todas las tecnologías que serían necesarias para resolver la ecuación de net-zero, equilibrando las fuentes y los sumideros de gases de efecto invernadero. Esta necesidad de innovación, hace que sea difícil predecir el ritmo de descarbonización, aunque no imposible.
Por otro lado, algunos gobiernos están prestando un fuerte apoyo fiscal a la innovación con bajas emisiones de carbono. Según McKinsey, para 2025 se estima, que las tecnologías climáticas next generation podrían atraer entre 1,5 y 2 trillones de dólares de inversión de capital anual. Siendo la electrificación y la agricultura las actividades con mayor inversión.
Al haber una alta demanda de tecnología climática, se crean grandes mercados potenciales y oportunidades de inversión. Para entrar en estos mercados y navegar satisfactoriamente en ellos, las compañías, independientemente de su tamaño, necesitarán estar al tanto de la constante evolución de los avances técnicos, las demandas y compromisos de los clientes y las políticas en materia de sostenibilidad.
Algunas de las áreas más afectadas, y con mayores obstáculos a lo largo del camino, son:
• La electrificación del transporte, industria y edificios.
• La revolución verde en la agricultura, como la estrategia de la granja a la mesa incluida en el pacto verde europeo.
• Rehacer la red eléctrica para proporcionar energías limpias.
• La promesa del hidrógeno.
• Avanzar en la captura, uso y almacenamiento del carbón.
¿Cómo pueden lograr las empresas una reducción del 45% en las emisiones de CO2 para 2030 y convertirse en cero emisiones para 2050?
Aunque muchas organizaciones han establecido compromisos climáticos, a menudo tienen dificultades para dar el siguiente paso.
En un primer momento la identificación y evaluación de los principales puntos de generación de emisiones en la cadena de valor del sector les permitiría establecer planes de acción específicos para su reducción, valorando los riesgos y oportunidades de dichos planes de acción.
Para planificar la hoja de ruta e incorporar los objetivos net-zero en la estrategia de la empresa habría que abordarlo a través de unos ámbitos o pilares de trabajo, sobre los cuales se marquen unos objetivos:
• Definir la visión y ambición que se pretende.
• Cálculo de la huella de carbono en sus diferentes alcances y su verificación.
• Desarrollo de la estrategia net-zero, alineada con la estrategia de la compañía e integrándolo en el modelo de circularidad de la cadena de valor (compras sostenibles, movilidad, edificios, etc.).
• Marco regulatorio.
• Estudio que facilite el acceso a los Fondos de Recuperación Europeos.
• Valoración de alternativas a la reducción de emisiones. Fuentes de energías renovables.
• Incorporación del precio de carbono como una variable en nuevos proyectos.
• Compensación de emisiones.
• Seguimiento y evaluación anual.
• Transparencia y reporting (memorias de sostenibilidad).